 
              El tratamiento de metales mediante la aplicación de calor en la industria automotriz cuenta con la tecnología que garantiza la calidad y seguridad de varios componentes del automóvil. Por ejemplo, los procesos de cementación y nitruración se llevan a cabo en máquinas vitales como engranajes, ejes y rodamientos para aumentar su dureza superficial. Tales tratamientos aumentan la resistencia al desgaste y la vida útil efectiva de estas partes importantes, mejorando así las operaciones suaves y seguras de los vehículos. Las aplicaciones de métodos avanzados de tratamiento térmico también mejoran el rendimiento de varios componentes metálicos al aumentar su resistencia a la fatiga, de modo que estos componentes puedan soportar cargas de pulso altas en los motores y sistemas de suspensión.
 
       
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